Inicio de la Época de Oro

Barcelona retoma su dominio del fútbol local y en los siguientes años también empieza a proyectarse internacionalmente con buenas actuaciones en la Copa Libertadores. Fue la octava corona nacional de Barcelona y la primera de la era de Isidro Romero Carbo.
El ídolo tuvo tres técnicos durante el año, y al final apareció el equipo de la mano del chileno Luis Santibañez en la banca y del brasileño Severino Vasconcelos en la cancha, bien secundado por el uruguayo Alfredo De Los Santos en la defensa, el brasileño Toninho Vieira en el mediocampo y por los nacionales Flavio Perlaza (capitán), Fausto Klinger, Mauricio Arguello, Galo Vásquez, Lorenzo Klinger, Holguer Quiñónez, Carlos Luis Morales, Jimmy Montanero, etc. Un equipazo.
Barcelona se corona campeón a falta de dos fechas para el final de la Liguilla, en un partido justamente ante Deportivo Quito, el 8 de diciembre, el marcador de 6 a 1 quedó para la historia y para el recuerdo de todos los hinchas amarillos.
En 1987 Barcelona vuelve a dominar el torneo nacional y lo hace de principio a fin; ganando las tres etapas del torneo, de la mano del veterano técnico uruguayo Roque Gastón Maspoli. Quizás es uno de los mejores campeonatos que ha disputado el Ídolo durante esa campaña.
En la Liguilla, Barcelona llegó a la última fecha en un cerrado duelo donde también Filanbanco y Audaz Octubrino tenían opciones de campeonar; a primera hora Filanbanco le había ganado a Audaz Octubrino por 1 a 0, equipo que abandonó la cancha por una polémica decisión del árbitro, con lo que esperaban que Barcelona pierda en su partido ante el Deportivo Quito en el estadio Atahualpa para coronarse campeones. Aquelló no ocurrió y más bien Barcelona ganó por 0 a 1 con un gol de Lupo Quiñónez.
Además de quedar campeón, bajo la presidencia de Isidro Romero, en 1987 Barcelona inauguraría su estadio propio, ya que el equipo solía jugar en el Estadio Modelo. Con una capacidad en un principio de 50 000 personas (luego se ampliaria a 90 000 personas en 1992), el estadio es considerado como uno de los mejores de Sudamérica y el más grande del Ecuador. La inauguración se celebró con un torneo cuadrangular, en el cual el partido de apertura fue disputado entre el Barcelona Sporting Club contra el Fútbol Club Barcelona de España, con victoria del equipo ecuatoriano de 2-1. El torneo lo ganaría al final el Emelec.
El final del campeonato de 1989 es sino el más polémico, uno de los más polémicos de la historia del fútbol de Ecuador. Barcelona obtiene su décimo título al repetirse el partido de la última fecha de la Liguilla Final jugando en Quito con un estadio Atahualpa vacío y tras empatar a cero goles con el Deportivo Quito, el día 27 de diciembre de 1989.
En el primer partido, que se jugó el 10 de diciembre, llegaban a la última fecha Barcelona, Emelec y Deportivo Quito con opciones de campeonato. Emelec le ganaba 4 a 2 a El Nacional y el Quito con gol del argentino Carlos Mendoza llegando a los minutos finales del partido, le ganaba a Barcelona por 1 a 0, con lo cual igualaba en puntos con Emelec y se debía disputar una serie extra de definición (dado que para en ese entonces no existía la definición por gol diferencia). Sin embargo a falta de seis minutos para el final, el público local empezó a invadir la cancha; en un saque lateral en la cancha del Quito cuando ya había hinchas en el campo, alguno incluso queriendo celebrar con el árquero Carlos Enríquez, se produce un centro y gol de Manuel Uquillas para Barcelona; pero, por la invasión el partido es suspendido. Allí empieza otra historia, y el campeonato se terminó decidiendo en la sede de la Federación Ecuatoriana de Fútbol.
Tras varios días de deliberación (había tres tesis; la del Quito era que se termine el partido con marcador de 1 a 0; la de Emelec que se juegue los últimos minutos del partido con marcador de 1 a 0 y la de Barcelona era que se termine los últimos minutos con marcador de 1 a 1 ), en los cuales quedó claro que Barcelona tenía más peso que Emelec y Deportivo Quito; en las oficinas de la FEF, se resolvió, algo inédito, la repetición del partido sin público; repetición que terminó con empate a cero goles, dándole el título a Barcelona y dejando a Emelec como subcampeón.

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